ALEJANDRO PROPATO Y EL LAND ART ARGENTINO.
desfavorables de nuestro país para con los apoyos económicos al arte, la forma de crear obras
relevantes y rupturistas. La capacidad de nuestros creadores, sean de la rama que sean
(pintura, escultura, música, ni hablar de literatura) es admirada mundialmente. Pero hay uno
que todavía no goza del reconocimiento que merece, lo que vamos a tratar de subsanar.
Nos referimos a Alejandro Propato.
Propato nació en Buenos Aires a finales de la década del 60, pero vivió en Mendoza, Chubut
y Santa Cruz. Si bien es arquitecto de profesión, durante los últimos veinte años desarrolló,
en paralelo, una actividad artística sorprendente: se dedica a la escultura de grandes
dimensiones, lo que también es conocido como “land art”. Sus creaciones se exhibieron en
Inglaterra, Irlanda, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Australia.
y Santa Cruz. Si bien es arquitecto de profesión, durante los últimos veinte años desarrolló,
en paralelo, una actividad artística sorprendente: se dedica a la escultura de grandes
dimensiones, lo que también es conocido como “land art”. Sus creaciones se exhibieron en
Inglaterra, Irlanda, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Australia.
La muestra porteña de Propato
Pero ahora, por fin, la obra de Propato llegó a la ciudad de Buenos Aires. Luego de pasar
por un festival en Australia,“Amanecer permanente” está instalada en el Parque de los
Niños.
por un festival en Australia,“Amanecer permanente” está instalada en el Parque de los
Niños.
Describir una obra de arte es de por sí una tarea prácticamente imposible, pero lo que
puede decirse sin temor a equivocarse es que, con sus dimensiones enormes (casi
50 metros de largo y 15 de ancho), subraya de una manera hermosa el horizonte del
Río de la Plata y resignifica el paisaje. No son muchos los casos en los que se puede
“recorrer” una escultura a la vez que se aprecia una instalación. Los más de 15 km de
tanzas de colores unidas por los 44 mástiles de aluminio que se entrecruzan para
converger en un único punto central, recrean la forma en la que los rayos del sol se
hacen ver en el horizonte del río en el momento exacto del amanecer. Una experiencia
más que recomendable.
puede decirse sin temor a equivocarse es que, con sus dimensiones enormes (casi
50 metros de largo y 15 de ancho), subraya de una manera hermosa el horizonte del
Río de la Plata y resignifica el paisaje. No son muchos los casos en los que se puede
“recorrer” una escultura a la vez que se aprecia una instalación. Los más de 15 km de
tanzas de colores unidas por los 44 mástiles de aluminio que se entrecruzan para
converger en un único punto central, recrean la forma en la que los rayos del sol se
hacen ver en el horizonte del río en el momento exacto del amanecer. Una experiencia
más que recomendable.
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